martes, 16 de octubre de 2007

Escenas de la vida cotidiana

Caminaba por una de las céntricas calles de la ciudad cuando de pronto una inesperada sensación de hambre me invadió. Seguí caminando hasta llegar a un supermercado, sin embargo sentía que mi hambre no merecía ser satisfecha allí. Aquel tímido pensamiento no me impidió entrar. Compré un yoghurt individual y un paquete de galletas. Con esos dos productos esperaba encontrar la paz estomacal. Al llegar frente a la cajera, después de pasados los productos por esa máquina que conoce de todos los precios, me hizo una pregunta que yo había olvidado: ¿donaría su vuelto a...? Quedé congelado. Siempre tuve problemas en decir que sí, sentía que no debía, que mi dinero iría a parar a las manos equivocadas. Y es que aún no sé adonde va. Ante mi aturdimiento repitió la pregunta, esta vez con un tono afirmativo, como si mi respuesta fuese obvia. Pero dije "no". Fue un "NO" claro, acentuado como si hubiera estado esperando años para ser pronunciado. Era el estreno de un "NO" rotundo, inquebrantable. No cedería en nada. Miré la fila que se agolpaba tras de mí. Creí reconocer la mirada despectiva de clientes con carros llenos de productos, supongo que, creyéndose con más derecho que yo a elegir entre las dos alternativas, debido a la exhuberancia de sus compras. Pero yo seguía ahí, con mis galletas y mi yoghurt, aferrados a mí, sintiéndolos aún más míos que antes. Al no tener el vuelto exacto (creo que eran 2 pesos) la cajera se impacientó y le preguntó a una compañera si tenía monedas de 1 peso. Ante su negativa resolvió entregarme una moneda de 5 pesos. ¡3 a 0! fue el resultado de mi exiguo enfrentamiento con la gran cadena de supermercados. Pero luego recordé que este gana vendiendo...pero ese no es el punto, la victoria era clara, ¿sobre quién? no lo sé con claridad. Quise explicarle a la cajera que mi intención no era molestarla sino el reclamar mi "derecho al vuelto" pero mi explicación se vió diluida por el apabullante paso de bolsas y más bolsas, de legumbres y verduras, lácteos y carnes que se sucedían interminablemente hasta el fin de los tiempos. Tomé mis preciados alimentos y me fui con una incompleta sensación. Miré atrás y todo seguía comi si nada...pero no en el momento en que un "no" se hizo presente. Extraño día.
Ignacio

4 comentarios:

yoyiortega dijo...

jeje, estamos demasiados acostumbrados a lo predecible.. que pasaria si les dijiera que vallamos a carretear ahora! jaja me gustaria ver sus caras.
Por cierto.. los vueltos del santa isabel.. son para el techo.. peero hay miles de formas de ayudar mucho más anónimas.


Saludos

Unknown dijo...

De pronto es bueno "re-mover", crear tensiones sociales.
A propósito, uno de los nuestros fue padre hoy dia. Mis respetos para Robinson Vega.
Esa noticia me removió.

Saludos

N.

Robin dijo...

Weones mazetas... en primer lugar, todas las publicaciones se pueden editar, por lo que si algo pasó o les faltó algo en la wea que publiquen, la pueden corregir...

Y segundo, en configuración está la opcián de "SUPRIMIR este BLOG"... estube como mil años visitando tu otro blog puteando porque no escribian nada...

Lo otro, serçia bueno que establecieran =o hagan el intento= una red de lectores, añadiendo links de otros blogs, como el mío (dormidozzz.blogspot.com)...

Ya muchachos... apliqunese en esto, es más facil que la tabla del 2.

Y, gracias nicolas por vuestros respetos, aunque habría preferido un abrazo o un saludo que es menos frío que los "respetos", pero da igual, gracias... la intención es agradable y la perciví.. por otro lado, cuando vengan en verano les cuento detalles y si quieres puedo hacerles un curso intencivo de cómo cambiar pañales...


Eso sería... nos leemos luego


ahª, se me olvidaba... Ignacio, mi correo es gmail, el hotmail lo estoy desechando porque se llena de mierda...

chau
(el futuro profesor de castellano y su jerga)

mire dijo...

Hola, había escuchado que esos 2,3,4 o hasta cinco pesos que dona cada cliente efectivamente se juntan y se donan a diferentes lugares (hogar de cristo, hogar de niños, etc), el chiste está en que los supermercados entregan un cheque por el monto recaudado a los hogares, pero lo que ellos ganan con esto no es que la gente piense que son buenos con los más necesitados, sino, que de este modo se ahorran el trabajo y el dinero de tener que comprarle al banco monedas pequeñas para los vueltos.
Pero me quedé con una duda, el yogurth y las galletas saciaron tu hambre o no?
Saludos.