miércoles, 31 de octubre de 2007

"Hasta cuando Anacleto"

(Como el diario al cual envie esta carta no la publicó por contestaria o simplemente por fome, la publico libremenrte acá)
“Hasta cuando Anacleto”, titulaba la portada de un diario de hace una semanas, dando ha relucir el conflicto medioambiental que produjo una industria del empresario recién nombrado…bueno, ¿hasta cuando?, hasta que se murió el personaje en cuestión. Días después este será absuelto de toda culpa y limpiado su imagen por el periodismo local, al resaltar uno de sus secretos, su importancia en el paso a la transición chilena. Políticos y empresarios entonces agradecen su ayuda económica hacia ellos y “para el desarrollo de Chile”. De a poco se desenreda la madeja, finalmente en los años 90, para lograr la transición, la Concertación ha de tener la obligación de conformarse con una consistencia económica como bloque para equilibrarse con el gran poder económico que sustentaba y sustenta la derecha. He ahí que los gobiernos de esta coalición no se han podido separar de quienes controlan los poderes económicos del país, entre ellos Angelini. Finalmente era este quien viajaba al exterior en comisiones con el gobierno. Finalmente la Concertación necesitaba de él, y de muchos otros para ganar las elecciones. Finalmente los poderes económicos coaptan el rol político supeditándolo a la economía, a la economía de libremercado, o sea, a la economía neoliberal; y aunque Andrés Velasco con todo el peso de su titulo en Harvard diga lo contrario, entre tantas otras cosas me atrevo a decir neoliberal por lo mismo, porque yo como muchos otros no tenemos títulos en Harvard; sino, la cosa no funcionaría… ¿o no señor ministro? Para finalmente, empresarios como Angelini mantener este sistema social tan desigual (¡de que desarrollo me hablan!), en donde el Estado (los Gobiernos), y los parlamentarios se coartan. Finalmente, cuando Angelini dijo “no” a la dictadura neoliberal de Pinochet, el empresario dijo “si” a la democracia neoliberal de la Concertación.
CRISTOBAL

viernes, 26 de octubre de 2007

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El Posmodernismo







...continuará...















































Lennin Y McCartney




A la voz de él

El despertar es frío y extraño, las nubes me dan un respirar titubeante, como si recién se decidieran a vivir, el cielo mortecino cambia su cara temeroso, el sol indiferente y lejano, tímidamente ofrece sus rayos de luz, esa luz que vacila para darse a mostrar, como si durante un largo tiempo haya sido esclavizada al terror y a la oscuridad, las flores no me regalan esa aroma hermosa que mis narices recibían con gran regocijo, las veo desorientadas, ciegas, que producen en las abejas un tumulto , que estallan en violenta distorsión. El oleaje del mar es calmo, tímido, asustadizo, como si en aquel lugar, sus aguas hayan sido pintadas de la más brutal y amenazante conspiración, el viento me abraza como un niño inhibido ante la multitud, y estremecido ante la soledad. Camino por una tierra, en un momento fructífera y fértil, y ahora desgarrada, pisoteada y manchada con ira de intolerancia, los árboles me miran desolados, sus extremidades han sido arrancadas, sus bellos verdes, yacen en el suelo, acabados por el arrebato desesperado y maquinado horror, el que calla, prohíbe y mata. Pareciera que he despertado en un ambiente de terror y contenciones, me pregunto donde he estado en este tiempo, que ha pasado con mi vida, creo que recuerdo esa oscuridad que nublo mi vista, ese látigo que golpeó mi ideal y orgullo, sobre mi voluntad deteriorada, bajo el alero de un odio sin precedentes. Estoy envejecido, siento el peso rotundo de los años, mi rostro tímido me demuestra mis treinta y tantos años pero ¿Dónde esta mi vida anterior?, ¿Quién me la arrebató en contra mi voluntad?, ¿Dónde esta mi juventud?, esa que mi padre y mi abuelo contaban que era tan hermosa, en donde los placeres de la vida se te demostraban y te acariciaban en suma amistad, donde la cabida de tus ideas afloraban en ansias de justicia e igualdad, de querer un mundo un poco mas tolerante en donde tú, yo y los demás vayamos de las manos en sincera fraternidad. Pero a cambio de eso, la exaltación dio el primer golpe, y con los ojos vendados emprendió el camino del odio y el resentimiento, arrebatando todo lo que se le asentaba en frente, y en una cegada e indiferente concepción de amor, derramo su ira y violencia inhumana. Cuantos valientes cayeron ante su horror, cuantos se levantaron y enfrentaron con todas las fuerzas la represión, cuantos no vacilaron ante la caída… los recuerdo nítidamente, murieron como héroes, como los mejores de la raza humana, la convicción de la justicia tuvo cabida ante el odio y la violencia legitimada por esos hombres que nunca conocieron el amor, que se armaron de la mas inhumana y descontrolada intransigencia. Un odio duradero de seis días, en donde intentaron levantar su bandera del terror e intolerancia y desquiciar a todo hombre que no portara su estandarte, llevándolos hasta su querida morada, las llamas del infierno vieron brotar con suma amenaza, la oscuridad vendó los ojos, la desesperanza los nublo, el miedo a ser destituidos de ese derecho a sentir el entorno, y al séptimo día, las rodillas sumisas, aclamarían en aquel recinto del Creador, al salir de este, un nuevo día de intolerancia comenzaría. Ese hombre, sumido en tan oscurecido sentimiento, lucha cruelmente contra el hombre inmerso en una indefensa y quebrantable paz. El hombre lucha contra el hombre, como si esa fuera la acción al que este esté sometido en su vida e historia.
Puedo, ahora tener mi frente en alto, y tú, cabeza gacha, todo lo que cometiste, ha sido tu aberración como persona, yo ahora he de caminar por estas calles que me vieron crecer, pasas al lado mío, no te atreves a mirarme, yo… te miro con pena y orgullo…si, ya te lo dije, con la frente en alto, se que en mi vida hice lo correcto y nunca le arrebate el alma a nadie…tú, morirás sumergido en la desgracia que tu mismo cavaste.
Cristóbal

jueves, 25 de octubre de 2007

Ayer

Ayer fue un día que no lo merecía. Todo estaba como encajado en un abismo sin la menor posibilidad de retroceder, ni de saltar y caer. Era un limbo, una sala de espera fastidiosa, era la vida muerta…ni siquiera, era la nada. Nuestros pies eran pesados y ligeros, nuestras sonrisas tiernas y burlonas, nuestro llanto cruel y conmovedor, éramos, fuimos seres que fueron dejando tras de si la vida con la simpleza del recordar los pasos que dimos y no volveremos a dar. Ayer era un caminar sin parar, con el miedo a sentarse y darse cuenta que hemos estado estancados y que no es sino en el lodo en donde hemos avanzado. La mirada gacha, incapaz de ver a quien marcha al lado. Pero no es esta la condición humana, no es el absurdo, sino la esperanza, más bien la certeza que nos dice que aquello fue ayer, que hoy es distinto, que si es necesario nos revolcaremos en nuestro lodo, en nuestra más consecuente mierda. Es que los días no son para recordar, me repito, sino para vivirlos. Ayer fue otro día.
Ignacio

martes, 16 de octubre de 2007

Escenas de la vida cotidiana

Caminaba por una de las céntricas calles de la ciudad cuando de pronto una inesperada sensación de hambre me invadió. Seguí caminando hasta llegar a un supermercado, sin embargo sentía que mi hambre no merecía ser satisfecha allí. Aquel tímido pensamiento no me impidió entrar. Compré un yoghurt individual y un paquete de galletas. Con esos dos productos esperaba encontrar la paz estomacal. Al llegar frente a la cajera, después de pasados los productos por esa máquina que conoce de todos los precios, me hizo una pregunta que yo había olvidado: ¿donaría su vuelto a...? Quedé congelado. Siempre tuve problemas en decir que sí, sentía que no debía, que mi dinero iría a parar a las manos equivocadas. Y es que aún no sé adonde va. Ante mi aturdimiento repitió la pregunta, esta vez con un tono afirmativo, como si mi respuesta fuese obvia. Pero dije "no". Fue un "NO" claro, acentuado como si hubiera estado esperando años para ser pronunciado. Era el estreno de un "NO" rotundo, inquebrantable. No cedería en nada. Miré la fila que se agolpaba tras de mí. Creí reconocer la mirada despectiva de clientes con carros llenos de productos, supongo que, creyéndose con más derecho que yo a elegir entre las dos alternativas, debido a la exhuberancia de sus compras. Pero yo seguía ahí, con mis galletas y mi yoghurt, aferrados a mí, sintiéndolos aún más míos que antes. Al no tener el vuelto exacto (creo que eran 2 pesos) la cajera se impacientó y le preguntó a una compañera si tenía monedas de 1 peso. Ante su negativa resolvió entregarme una moneda de 5 pesos. ¡3 a 0! fue el resultado de mi exiguo enfrentamiento con la gran cadena de supermercados. Pero luego recordé que este gana vendiendo...pero ese no es el punto, la victoria era clara, ¿sobre quién? no lo sé con claridad. Quise explicarle a la cajera que mi intención no era molestarla sino el reclamar mi "derecho al vuelto" pero mi explicación se vió diluida por el apabullante paso de bolsas y más bolsas, de legumbres y verduras, lácteos y carnes que se sucedían interminablemente hasta el fin de los tiempos. Tomé mis preciados alimentos y me fui con una incompleta sensación. Miré atrás y todo seguía comi si nada...pero no en el momento en que un "no" se hizo presente. Extraño día.
Ignacio

Aclaración

Por cuestiones de desfase, o más concretamente falta de tacto en el manejo de las disposiciones que internet tiene para con uno, el blog anterior fue borrado. Este nuevo se inicia con el mismo texto que inauguró el anterior, más un párrafo que fue censurado por el esta máquina abstracta llamada internet. En el primer intento por subirlo aquel párrafo se borró, lo cual fue inmediatamente interpretado por su autor como un bloqueo premeditado por fuerzas ocultas en la red...pero aquí está, hemos vencido a la censura.
Por razones de fuerza mayor, y para evitar problemas en el seno del grupo creativo (2 personas) cada texto irá firmado por el nombre del autor.
Además, agradecer a quienes visitaron y a quienes dejaron sus comentarios, ya sean loas, repudio visceral o simple indiferencia.
Hasta previo aviso
Muchas Gracias

Iconos

Hace unos días atrás se cumplieron 40 años de la muerte de Ernesto “Che” Guevara y su insigne fotografía aún continúa dando la vuelta al mundo. A esto podrán replicar: “es que con internet ahora todo da la vuelta al mundo”…todo no. Una imagen que aún continúa siendo enarbolada (aunque menos que antes), que sirve de base para un pensamiento que se (debe) reestructura (r) pero que sigue siendo en esencia lo mismo, es una imagen que recorre el mundo. En realidad no son muchas. Recuerdo que un amigo argentino me comentaba que su hermana estaba harta de la famosa foto, había estado de vacaciones en la India, y hasta allí la vio, en la forma de una camiseta. Pero es que más allá de las connotaciones comerciales que pueda tener, el mérito del artista no es menor. Haber retratado a un hombre que se posicionó como una figura clave de la historia latinoamericana, haber apretado el botón de la cámara justo en ese instante, permite decirnos que el aspecto comercial es inevitable, lo cual no nos puede cegar en el alcance mediático que ha alcanzado.
Debo admitir que nunca he sido un admirador de Ernesto Guevara. Mientras varios amigos comentaban sus proezas, yo me limitaba a advertirles de sus respectivas derrotas en el Congo y Bolivia. La imagen del guerrillero no caló hondo en mi conciencia, así como a muchos otros sí lo hizo, y continúa siéndolo. Mi intención no es entonces hacer un panegírico del guerrillero. Me llama, sin embargo, la atención el que de una época de dictaduras y golpes de estado, plena de quiebres instados por ambiciosos dictadores y voluntades políticas sea ésta la imagen que nos retrotraiga a décadas pasadas. El que sea este retrato y no el de Pinochet, Videla, Stroessner y tantos otros el que nos diga: “esta fue una época”, porque al fin y al cabo esos dictadores no plantearon nada, no aprendieron nunca de las palabras sino que reaccionaron con lo más básico del animal que llevamos dentro: la violencia. Sus fotografías se han deteriorado, las esculturas de bronce que adornaban las plazas se han oxidado. Son otros los retratos que nos sobreviven, pues ante la miseria institucionalizada el ser humano responde con la imperiosa necesidad de estrechar sus lazos. Citando a Robert Antelme acerca de las SS: “pueden matar a un hombre pero no pueden transformarlo en otra cosa”. Es ese invocar del ser humano en la más profunda caverna de torturas la que nos cuenta porque es la fotografía del “Che” la que sigue viva. Está muerto, de ahí su leyenda. No pretendo negar el valor que tuvo su obra en vida, pero el hecho de la conmemoración, la aglomeración en torno suyo es el mito que nace el día de su muerte. Fidel está vivo y, digámoslo, el ya no es el guerrillero incansable, enemigo de la burocracia, sino el gobernante, el dictador, de ahí el escaso ensueño que lo rodea. El "Che" nos permite soñar, creer que todo hubiera sido distinto, que con personas como él se hubiera alcanzado la emancipación del ser humano. Quizás si viviera, sería uno más de los conversos, un aburrido burócrata del Partido...pero quizás no, y es en ese quizás en el que ha perdurado su imágen.


¿Cuáles serán nuestras imágenes? ¿Cuál la fotografía que dentro de 40 años nos cuente nuestras anécdotas, nuestras preocupaciones? No lo sé, creo que no será una sino muchas, y no una sola realidad sino varias. Estimo que una época que no está consciente de sí misma se fragmentará en innumerables escenas, planos, etc. Que cada quien juzgue. A los hechos.
Ignacio