miércoles, 28 de noviembre de 2007

Como declararse un ignorante y no morir en el intento

La ignorancia es la capacidad (entiéndase como una postura) de no saber. No saber no es necesariamente el desconocer sino más bien el “no querer saber”, admitir que se ha sido sobrepasado por las circunstancias. El ignorante no es aquel que habla en determinado escenario y hace el ridículo (este sería el caso del “ridículo”) sino que es aquel que calla. ¿Por qué? Porque no sabe. Mientras todos determinan el no sabe, solo escucha. Nadie sabe lo que piensa. Este personaje tan particular (que pocas veces es un tipo ideal, conozco gente más ridícula que ignorante) es el paradigma de una época, la época del no-orador, de la verdad que se oculta tras el silencio y que si es necesario morirá ahí mismo, en la más sincera de las verdades. El ignorante es el guardián del conocimiento, del conocimiento que no puede, no debe ser expresado. Este guardián tan caro fue el más ignorado de los excluidos hace un tiempo atrás. Cada tiempo, cada época se encarga de renegar de ciertos tipos de personas. Ahora es el militante, el eufórico soñador de mundos que se podrían construir en la tierra, aquí y ahora. Así como en épocas pretéritas lo fue el ignorante, aquel que callaba, más bien identificado con el que no se comprometía, con el cínico. Ahora es su tiempo (¿el nuestro?) de declararse abiertamente ignorantes. La dicha de no saber, de no finiquitar nada. De decir “no sé” cuando nunca antes se habían dado tantas posibilidades de saber. La capacidad (y esto si que es un desafio) de decir “no se” en medio de un debate, cuando, idealmente, la comunicación de ideas es más fuerte. La ignorancia es una vuelta a los orígenes, no una ruptura sino más bien la constatación de algo que siempre ha estado allí, la pregunta antes que la respuesta, la posibilidad de dejar una puerta abierta, insinuante.
A modo de aclaración el texto surgió tras una discusión poco constructiva e iluminadora, de ahí la necesidad de escribir esto.
Si alguien no entiende el contenido….ya sabe a que grupo no pertenece.
Ignacio

lunes, 26 de noviembre de 2007

DECLARACION DE PRINCIPIOS

“Hay que saber cagar, me decía seriamente, si tu no aprendes a cagar bien, estás perdido. Para lograrlo, tienes que concentrar en tu intestino todo lo que no te sirve. Solo cuando estés seguro de que ya no queda mierda corriendo por tus venas, ni por tus nervios, ni por tus vasos linfáticos, solo entonces, tienes que deshacerte de tu mojón. Cagar es un arte difícil, decía, solo unos pocos lo logran. Guardarse la mierda y acarrearla a todos lados durante el día, es lo mas peligroso que puede haber, puedes ser infeliz tú y hacer infelices a los demás. Por eso, tienes que sentarte cómodamente en el excusado y despojarte laboriosamente de todo lo que no te sirve, tienes que aprender a botar hasta la última minucia de mierda. Si no te fijas bien, la mierda se te va a ir a la cabeza y pasaras un día como la mierda, con la cabeza llena de mierda y enmierdando a todo el mundo. Mi doctrina es: caga bien, caga tranquilo y caga todo”.


Roberto Matta



"Quilapayun, La Revoluciòn y las Estrellas"

Eduardo Carrasco













O cagamos agora o nunca...





jueves, 15 de noviembre de 2007

domingo, 11 de noviembre de 2007

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Diálogo entre un hombre culto y un hombre sabio (o coloquio posmoderno)

- Y tú ¿de qué tendencia política eres?- me preguntó
- Soy comunista
- Creí que el comunismo había muerto-objetó seriamente
- La verdad es que el comunismo es solo un instrumento para el fin último, la desaparición de toda autoridad. Soy más bien un anarquista
- ¿Aún crees en la mayor de las utopías?
- Bueno, ya que me presionas, a decir verdad, le temo a la explotación del hombre por el hombre. Soy un anti-fascista.
- Creo que la explotación se ha sutilizado a tal punto que tratar a un ente de fascista es de mal gusto. La explotación se ha hecho presente en todo sistema.
- Sabes que, ándate a la mierda con tus preguntas hueonas
- Ahora sí estás en los tiempos.
Ignacio