(Como el diario al cual envie esta carta no la publicó por contestaria o simplemente por fome, la publico libremenrte acá)
“Hasta cuando Anacleto”, titulaba la portada de un diario de hace una semanas, dando ha relucir el conflicto medioambiental que produjo una industria del empresario recién nombrado…bueno, ¿hasta cuando?, hasta que se murió el personaje en cuestión. Días después este será absuelto de toda culpa y limpiado su imagen por el periodismo local, al resaltar uno de sus secretos, su importancia en el paso a la transición chilena. Políticos y empresarios entonces agradecen su ayuda económica hacia ellos y “para el desarrollo de Chile”. De a poco se desenreda la madeja, finalmente en los años 90, para lograr la transición, la Concertación ha de tener la obligación de conformarse con una consistencia económica como bloque para equilibrarse con el gran poder económico que sustentaba y sustenta la derecha. He ahí que los gobiernos de esta coalición no se han podido separar de quienes controlan los poderes económicos del país, entre ellos Angelini. Finalmente era este quien viajaba al exterior en comisiones con el gobierno. Finalmente la Concertación necesitaba de él, y de muchos otros para ganar las elecciones. Finalmente los poderes económicos coaptan el rol político supeditándolo a la economía, a la economía de libremercado, o sea, a la economía neoliberal; y aunque Andrés Velasco con todo el peso de su titulo en Harvard diga lo contrario, entre tantas otras cosas me atrevo a decir neoliberal por lo mismo, porque yo como muchos otros no tenemos títulos en Harvard; sino, la cosa no funcionaría… ¿o no señor ministro? Para finalmente, empresarios como Angelini mantener este sistema social tan desigual (¡de que desarrollo me hablan!), en donde el Estado (los Gobiernos), y los parlamentarios se coartan. Finalmente, cuando Angelini dijo “no” a la dictadura neoliberal de Pinochet, el empresario dijo “si” a la democracia neoliberal de la Concertación.
CRISTOBAL
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