jueves, 25 de octubre de 2007

Ayer

Ayer fue un día que no lo merecía. Todo estaba como encajado en un abismo sin la menor posibilidad de retroceder, ni de saltar y caer. Era un limbo, una sala de espera fastidiosa, era la vida muerta…ni siquiera, era la nada. Nuestros pies eran pesados y ligeros, nuestras sonrisas tiernas y burlonas, nuestro llanto cruel y conmovedor, éramos, fuimos seres que fueron dejando tras de si la vida con la simpleza del recordar los pasos que dimos y no volveremos a dar. Ayer era un caminar sin parar, con el miedo a sentarse y darse cuenta que hemos estado estancados y que no es sino en el lodo en donde hemos avanzado. La mirada gacha, incapaz de ver a quien marcha al lado. Pero no es esta la condición humana, no es el absurdo, sino la esperanza, más bien la certeza que nos dice que aquello fue ayer, que hoy es distinto, que si es necesario nos revolcaremos en nuestro lodo, en nuestra más consecuente mierda. Es que los días no son para recordar, me repito, sino para vivirlos. Ayer fue otro día.
Ignacio

1 comentario:

mamalluca.zip dijo...

hoy es un estanque de todos los tiempos y mañana y ayer una invencion humana, en un segundo esta el infinito.. al igual que en dos horas, ( ?porque una hora no es un segundo?) quizas somos sueños o recuerdos de un soñador condenado a la memoria y condenado al tiempo.