domingo, 28 de septiembre de 2008

De aquella política de hoy…

De la política tecnificada, que olvida la gente en los paraderos, que goza de una impersonalidad e invisibilidad digna de una historia de ciencia ficción, que usura y olvida el asunto aquel del como gobernar,
de la política burocratizada, de la inexistencia de ideas, de la administración del poder, de los inocuos proyectos, de la malformación de los ideales, de la mecanización del todo y de la poca imaginación en el arte de las relaciones humanas,
de la política del acuerdo, que enmienda el rumbo en pos de dos bloques que juntan y alzan las manos cuando sus intereses no han sido cuarteados recíprocamente, de los pactos sustentados en cuatro míseras paredes del arbitrio, del consenso ultrajado en negociaciones porcentuales y sincronizaciones del absurdo, de los pactos con el cual condenan al pueblo a creer que ese es el devenir correcto; cuando de lo abyecto ya están arraigados,
de la política sodomita que se esconde entre trajes de seda a rayas, en autos refinados, en conclaves de la mediocridad, en parches de la autosustentación,
de la política que ya no es política sino un mero tramite de firmas y clichés baratos,
de la política de ellos, de la política en extinción,
de la política enfermiza de sonrisas podridas y escabullidas, de habladurías y discursos al vacío,
de la política de alfeñiques cubiertos de hierro, que condenan una y otra vez a subsistir al alero de la infamia y el desazón,
de la política asfixiada entre paredes que juegan en silencios ocres planeando la próxima elección,
de la política de ellos, de los peores, de los que no gobiernan sus almas, los que saludan y sonríen con una mano y con la otra firman nuestro entierro,
de la lánguida política del oportunismo y la mediocridad latente; viscerales aquellos que a su razón otorgaron el cuairón y en su “rectitud” disimularon sin sazón,
de la política defendida por los paladines de la hipocresía y el deshonor, cuantos y cuantas, aquellos y aquellas, ellas y ellos, los temidos que juran por los otros en cuanto a sus cometidos los involucrarán, cuando de su accionar su determinación ya está;
de los que piensan aquella política; por suerte…su política…
de aquella política, su política, no la nuestra ,la enmendada desde abajo, desde el arte de las relaciones humanas,
de aquella política…
de aquella política de hoy…

CRISTOBAL

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